martes, 27 de marzo de 2007

OLIMPO DE DIOSES


Desvincular religión y Estado es todo un logro, pero lo será aún más cuando este echo no sea simplemente una declaración de principios sino un hecho factible. Tras ello se intentó conseguir desvincular a la iglesia de otros muchos campos que ocupaba injustamente y todavía hoy, tras siglos de resistencia, sigue ocupando parcelas como la educación.
La ahora llamada Ley Orgánica de la Educación (LOE) reforma campos de los que se ha ido aprendiendo a lo largo de la historia en la educación española pero reforma aún más el necesario cambio, a mi parecer todavía escaso, que necesita la educación para desvincularla definitivamente de la creencia moral católica. La delegación de la Conferencia Episcopal pide al Ejecutivo socialista una enseñanza de religión equiparable al resto de las asignaturas fundamentales, que se imparta en un buen horario y que la contratación de docentes de esa materia continúe como hasta ahora: no sujeto al Estatuto de los Trabajadores, sino a los acuerdos Iglesia-Estado. El diálogo ya empezó cuando San Segundo todavía era titular de la cartera de Educación pero ahora con la ministra Cabrera parece que algunas cosas se tuercen para mal de la Iglesia. La asignatura de religión no será evaluable, el horario lo decidirán los responsables de cada calendario escolar, y los docentes que designen los obispos estarán amparados por el ordenamiento jurídico ordinario.
Aún con las opiniones enfrentadas el diálogo se mantiene con una sonrisa y es eso al parecer lo primero que se les borrará del rostro a obispos y curas, además de una mayor presencia e importancia de la religión católica en España.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí ofreciendo dentro del programa de estudios de los estudiantes horas y horas de una asignatura cuanto menos partidista y vinculante a una sola religión? ¿Es que acaso no somos una sociedad multiétnica y multicultural?
La idea que quiero plantear no es otra que la de ofrecer total objetividad a la hora de enseñar. La formación del estudiante ha de cambiar sustancial y culitativamente de urgencia. No podemos permitirnos el lujo de dedicar horas perdidas a la enseñanza de una religión que se basa en teorías improbables sacadas de un libro supuestamente escrito por personas de hace miles de años sobre alguien que murió clavado en una cruz. Aún así no cuestiono la fe católica, que al fin y al cabo es sólo eso, fé. Cuestiono la “monopedagogíacatólica”, a saber, éste murió en una cruz, pero existen muchos otros Jesús de Nazaret en cuanto religiones existen en el mundo y, aunque en algunas clases de religión se muestra el hecho de que no es la única la cristiana, sí se le da a ésta la autenticidad, viabilidad y supremacía ante las demás.
La propuesta que yo comparto es la de crear, en lugar de la actual religión católica, no la de Ética, propuesta por Felipe González en la ley de eduación de turno; es la de una asignatura que podría denominarse “Teología” y en el cual su contenido fuese el mismo proporcional de cada una de las religiones más importantes que se dan en el mundo: budismo, islamismo, critianismo con sus diferentes ramas, etc., impartido por un profesorado no sujeto a las normas de un grupito de feligreses devotos sino por licenciados en religiones. Así se crearía otro mercado de estudiantes y de trabajo para éstos. Es la opción más objetiva ya que se impartirían todas las religiones por igual y el alumno, en consecuencia, obtendría el beneficio de la tolerancia religiosa, tan escaso en este planeta y en este país. Tolerancia, comprensión de problemas derivados de las religiones, costumbres y la posibilidad de elegir religión que se ponen en manos del alumno es el camino hacia una sociedad más abierta, multicultural y difusa. Una sociedad que, gracias a la educación “laica” que propugna nuestra conservadora Constitución, convertiría las diferencias insalvables en comprensivas soluciones hacia la ruptura de unos muros que ahogan día a día las manos entrelazadas de hippies que hace miles de años murieron sin saber que harían de ello templos de internamiento intelectual.
En un colegio de Baeza se quitaron los crucifijos y demás símbolos religiosos por peticiones de los padres a una enseñanza laica como propugna la Constitución. Es un paso más pero no el último.
La Iglesia debe saber que es una institución destinada al fracaso. Una institución implantada en una sociedad cada vez más nihilista y liberal. No podemos consentir como miles de millones de euros de los españoles van a parar a esta empresa conservadora de valores desfasados y nefastos para modelos de familia y de pensar actuales y progresistas. La financiación de la iglesia católica debe desaparecer tal y como se conoce hoy día. Si estamos en un estado laico debe tratarse por igual la religión musulmana y la católica. Quizás todavía es pronto pero debemos comenzar por enseñar a nuestros hijos que en el mundo no existe Dios. Debemos mostrarles que el dios cristiano sólo es uno más entre un olimpo lleno de Alás, Budas y Mahomas.

No hay comentarios: